Quien canta su mal espanta

2017
Proyecto colaborativo.

En colaboración con Elsa de Alfonso, Don Simón i Telefunken, Mariona Aupí y los ciudadanos de Girona.

Hubo un sabio que durante muchos años estudió la manifestación del sentimiento en el hombre y se atrevió a afirmar que el origen del habla rae en la canción. Según él, el canto surge de la necesidad de gustar y de llenar el vacío del alma.

¿Por qué? En este tiempo de malestar generalizado en que nos definimos y comunicamos a través de las pantallas, tendríamos que conectar nuevamente con el mundo. La política ha degenerado y ha dejado de tener sentido y, muchas veces, el arte, también. Es por eso que he querido hacer una obra colaborativa, que no sea una representación de un discurso, sino que, aunque sea por un instante, ayude a reconectar-nos. Las madres cantan a sus hijos porque no tengan miedo, y de alguna manera tenemos el canto como una cosa que nos protege de la oscuridad del mundo.

¿Dónde y cómo? La propuesta pretendía, además, reivindicar un espacio en desuso, la capilla de Santa Llúcia, una capilla románica a la ciudad de Girona. Durante una semana invité los habitantes de la ciudad a cantar en este espacio. Instalé un equipo de sonido profesional con dos micrófonos enfrentados y conectados a la vez. En un micrófono tenían que cantar la canción que los pusiera alegres o los trajera buenos recuerdos y, al otro, la canción que los pusiera más melancòlics o tristes.

Mediante unos dispositivos electrónicos, el artista musical Elsa de Alfonso creó unos presets con que los usuarios podían experimentar varios timbres y escaleras a cada uno de los micrófonos, de forma que cada cantante/participando podía crear su propia obra/canción/intervención en este planteamiento colaborativo.

Para dar a conocer el lugar y el proyecto hicimos un concierto a mb dos grupos de música a guisa de ejemplo del que pasaría durante la semana. En el micrófono melancólico cantó Mariona Aupí y en el micrófono alegre cantó Don Simón y Telefunken. Y cómo dice Josep Maria Ardilla, filósofo que admiro, «vivir es sentir la vida y esto es un milagro».

Proyecto coproducido por Arts Santa Mònica y Bòlit en el marco de Politizaciones del malestar.